Haciendo cálculos, me parece que conozco a Litto desde hace unos treinta y pico de años. Recuerdo una oportunidad, allá por el año 1982, en la época que estudiaba con Manolo Juárez y justamente fue con él que fuimos a la original Trastienda, en Thames y Gorriti a un recital de Enrique Villegas. Recuerdo que ahí lo conocí, recién llegado de su exilio en México.
Desde entonces, y en diferentes domicilios y con distintos pianos, regularmente cada tantos meses, tengo oportunidad de disfrutar de su compañía y gran calidez humana.
Siempre es muy agradable volverlo a ver. Intercambiamos opiniones acerca de diversos temas musicales, tomamos algún café, ah! y por cierto, también afino su piano!!(ja ja)
En esta oportunidad me mostró una muy particular guitarra que se hizo fabricar recientemente, con caja y con una geometría muy particular. Reflejo ésta de las grandes inquietudes de Litto, que a lo largo de su apasionada vida lo han llevado por un camino franco y sincero y que nunca torció para realizar los sueños que muchos quisieran concretar.
Y para terminar unas líneas de su autoría: " Creo que nadie puede dar una respuesta
ni decir que puerta hay que tocar. Creo que a pesar de tanta melancolía, tanta pena y tanta herida, sólo se trata de vivir....."
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